eros, eos
El culpable del flechazo no es otro dios que Eros, hijo de Afrodita y Ares, ese niño con alas y con los ojos vendados, que va disparando flechas al azar. Hasta él mismo se clavó una flecha cuando vio a Psique.
Eos, la Aurora, la de rosados dedos y dorados brazos, es la representación del flechazo incesante. Se enamoró de Ares, y Afrodita, como castigo, la condenó a estar permanentemente enamorada. Cada día una nueva ilusión que se desvanecía al llegar la noche.
Pero, ¿quién le quita a Eos el sabor de cada instante?
De cÓmo Afrodita manda a Eros a atormentar a psique
Et uocat confestim puerum suum pinnatum illum et satis temerarium, qui malis suis moribus contempta disciplina publica flammis et sagittis armatus per alienas domos nocte discurrens et omnium matrimonia corrumpens impune committit tanta flagitia et nihil prorsus boni facit. Hunc, quanquam genuina licentia procacem, uerbis quoque insuper stimulat et perducit ad illam ciuitatem et Psychen hoc enim nomine puella.
Apuleyo, Metamorfosis, 4.30.4-5
Inmediatamente llama a su hijo, el niño alado y atrevidillo que, menospreciando la moralidad pública, armado con antorchas y flechas, recorre de noche las casas ajenas, malquista todos los matrimonios y comete impunemente los peores escándalos sin hacer nunca nada bueno. Aunque él es ya insolente por connatural desvergüenza, ella lo incita además con sus palabras, lo acompaña a la mencionada ciudad y le presenta a Psique (tal era el nombre de la joven)





